miércoles, 26 de noviembre de 2008

¡Libertad!


Esto es como estar de vacaciones... pero sin estarlo.

El reloj ha pasado a un segundo plano y ya no guía nuestros días. Que vayan a dar las nueve de la mañana o las tres de la tarde ya no significa nada. No hay que dejar nada a medias para salir corriendo por la puerta para no llegar tarde.

Damián se levanta feliz porque se despierta cuando ha dormido lo suficiente: ni antes, ni después. Como debe ser. Yo sigo utilizando despertador para aprovechar las primeras horas del día y así adelantar el trabajo. Me tomo un café con leche de soja mientras me pongo al día en internet (esto es, mails, foros, reader y mis blogs). Trabajo un rato, leo, preparo la ropa, todo depende de cuánto tarde él en despertarse.

Damián desayuna viendo una película de Hans Christian Andersen. Pongo la lavadora, llamo a Ana para hacerle una consulta profesional y leemos varios cuentos. Uno nunca es suficiente ;)
Nos vestimos, limpiamos el salón y Damián juega solo mientras yo preparo la comida.

A las tres de la tarde comemos y nos vamos a tomar un café con Sandra. A las cinco, la acompañamos a buscar a su hija Rosa al colegio y nos vamos todos juntos al Món Petit, un bar que tiene zona de juegos. Allí estamos dos horas y luego, camino a casa, pasamos por el super. Damián compra espinacas porque quiere tener la fuerza de Popeye.

En casa, un baño rápido, cena y pijama. Vuelvo a internet mientras él ve algunos capítulos de Dartagnan y los Tres Mosqueperros. Hasta se pone sombrero y guantes para ambientarse. ¿Puede un niño de tres años querer algo más? Permitidme que lo dude...


A veces sobreviene el sentimiento de estar perdiendo el tiempo, de no estar haciendo nada "útil" pero, a poco que uno lo piensa, el sentimiento se esfuma.
Releer a Sandra Dodd y a Joyce Fetteroll siempre es un bálsamo para la mente y para el alma.Todo está bien. Esto es la vida. O, como dice Ren, mi libertad reencontrada.

9 comentarios:

vilmati dijo...

Así se siente, bien lo decís.El reencuentro con la propia libertad. La que uno mismo se atreve a darse. Es sentir que ahora sí, somos las dueñas de nuestra vida. Y se almuerza cuando llega el hambre y se descansa mucho mas, sobre todo mentalmente, porque estamos actuando como realmente pensamos.
Que lo disfrutes!!

lluïsa dijo...

Se que es lo que hace tiempo que queriais. Me alegro que por fin podais llevarlo a termino. (Soy penedesenca de CN). Yo hace poco que he emprendido este camino tambien.

Lau dijo...

Así es, Vilmati, parece mentira qué alienados podemos llegar a vivir...

Lluïssa, gracias por esta aquí, no sabía que también estabas "en el ajo" xDD He dejado CN, así que nos veremos por la blogosfera. Agrego ya tu blog mis habituales.

Abrazos a las dos!

Anónimo dijo...

Gracias.
Siempre te leo en silencio, callo maravillada.
Pero hoy te digo gracias, por desnudarme y por ayudarme a perder el miedo.

Lau dijo...

Gracias a ti, Luz. No conocía tu blog, pero me quedo con él ;)
No te quedes callada: el miedo, cuando se comparte, se esfuma...

MartaSada dijo...

Guau, Lauuuu, entonces "has dado el gran paso"? geniaaaaal!!
(oye, me dejas que añada este post al carnaval edic.VI, realmente, describes un día cualquiera... qué bueno). Un gran abrazo!!

Lau dijo...

Claro, Marta, inclúyelo

amigos homeschoolers dijo...

¡Bravo Lau!
Lo explicas fenomenal.
Besos

Lau dijo...

Gracias, Azu. Todavía te debo una llamada, no me olvido ;)

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