Desde Educando en Familia me invitan a participar en el I Carnaval de Blogs. Aquí va, entonces, mi contribución:
Cuando mi hijo tenía diez meses decidí que había llegado el momento de llevarlo a la guardería. Me iba bien para poder trabajar sabiendo que el niño estaba en buenas manos. Somos lo que se llama una "familia monoparental", o sea, que no tenemos un padre/marido que nos mantenga y, por tanto, me toca trabajar sí o sí.
En aquella época, además, yo sólo conocía el homeschooling de oídas y creía que era una de las genialidades de los estadounidenses pero que la escolarización era obligatoria en España (sí, tantos años en la Facultad de Derecho y nunca me había enterado de ésto). No obstante, había oído maravillas sobre los métodos que usaban los homeschoolers y quería hacerlo en la medida en que pudiera, incluso a pesar de la escolarización obligatoria.
Había oído historias de niños que a los tres años leían perfectamente, niños de cualquier edad que disfrutaban con materias que los niños escolarizados aborrecen, niños de 15 años que estudiaban materias a nivel universitario, ¡algunos incluso ingresaban en una Universidad! Y, sobretodo, aquellos niños sobre los que leía eran FELICES. Disfrutaban aprendiendo y eran perfectamente conscientes de cuáles eran sus aptitudes y sus intereses. ¿Quién no iba a querer eso para su propio hijo?
El caso es que mi hijo entró en la guardería mientras yo leía a Tony Buzan. Un año después conocí el método Doman gracias a dos libros que me regaló mi hermano. Decidí ponerlo en práctica y una cosa llevó a la otra. Con el inmenso potencial que tienen todos los niños ¿por qué iba a limitarme a lo que la guardería dispusiera? Empecé a cuestionar seriamente el sistema y, navegando por internet, descubrí ¡oh, sorpresa! que en España también había homeschoolers y que no era exactamente ilegal.
Leí todo lo que se me puso ante los ojos. Abrí este blog para compartir ideas y recursos con otras familias. Ahora mi hijo está a punto de dejar la guardería para entrar en la escuela infantil y sólo tengo dos razones para no desescolarizarlo:
La primera es una cuestión de organización: como he dicho, tengo que trabajar sí o sí, y mi trabajo no me permite llevarme al niño conmigo.
La segunda es que ya lleva dos años y medio en el cole, se divierte y, por tanto, no me veo con derecho a quitarle esa parte de su vida. Estoy esperando el momento oportuno para desescolarizarlo habiéndolo hablado con él, sabiendo que no podrá reprocharme haberlo alejado de sus compañeros. Debo decir que supera de largo los objetivos fijados para su curso e imagino que, si llega a Primaria, se aburrirá muchísimo. Cuando los otros niños todavía están aprendiendo que no es lo mismo un gato que un tigre, él ya sabe lo que es un mamífero, lo que es un herbívoro y lo que es un omnívoro, por ejemplo. Cuando los otros están dedicando todo el curso a aprender los números 1 y 2, él ya sabe contar, leer y escribir del 0 al 100. El curso que viene les "toca" aprender los números 3, 4 y 5... Pero, como dice Glenn Doman ¿qué niño no se aburre en el colegio?
Y ésta es sólo la parte académica. Luego está la parte de crecimiento personal. El hecho de que en casa él pueda elegir y sus intereses sean tomados en cuenta. Que sepa, y pueda dar por hecho, que nadie le obligará a pintar cuando él quiera boxear y que nadie le obligará a dormir cuando no tenga sueño. Que sea igual de válida su decisión de ver la tele que su decisión de hacer Kumon. Todo esto hace que él se relaje y, por tanto, aprenda muchísimo más a todos los niveles.
Y por todo esto se da nuestra curiosa situación de educación en casa "mixta" que espero pronto se convierta, exclusivamente, en educación en casa.