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lunes, 19 de mayo de 2008

Breve resumen de la semana

He estado tan ocupada con mi nuevo blog Tarkus Kids que apenas he tenido tiempo de actualizar éste.

Esta semana hemos pasado bastante de ir al cole. Fuimos a comer a la playa y Damián tomó su primer baño de la temporada, aunque sólo de piernas... Es todo un lujo tener esta magnífica playa a tan sólo cinco minutos de casa en coche. Lástima de hotel, ¿verdad?

Junto a la playa hay un torrente, donde tenemos amarrada la barca. En invierno vamos con cierta frecuencia a dar de comer a los patos que allí viven. El viernes pasado descubrimos que ¡habían criado!





Con Kumon vamos bastante bien; estamos cogiendo el ritmo que nos faltaba y hemos terminado el primer bloque del nivel 4A, aunque habrá que repetirlo para ir afinando. Damián ya cuenta bastante bien hasta 100 aunque todavía tiene algunos titubeos cuando hay cambio de decena.

Ahora que se empieza a sentir cómodo con el castellano suele pedirme que lo hablemos en casa. Se me hace tan raro comunicarme con él en un idioma que no es el mío...

viernes, 2 de mayo de 2008

Libros, juegos didácticos y repostería

Hoy no había cole, de modo que ha sido un día-sin-reloj. Por la mañana, nos hemos levantado sin prisas, hemos desayunado sin prisas y hemos pasado de vestirnos.
Hemos leído el libro de Baby Mozart, ya casi se lo sabe de memoria...
Después hemos jugado con el Tetrakys; está aprendiendo a formar figuras geométricas a partir de los triángulos y empezando a preguntar por sus nombres. Le gusta combinar colores y juntar las piezas para hacer objetos 3D. Fue una compra excelente, el Tetrakys, para qué negarlo.
A Damián le apetecía jugar sólo con el ordenador, así que le he puesto los juegos de Caillou. Después de hacer la tarea de Kumon, nos hemos vestido (¡casi solo!) y hemos salido a hacer la compra.
Por la tarde, no se nos ha ocurrido mejor idea que hacer magdalenas de chocolate... Hemos estado tan enfrascados haciéndolas que no hay fotos. Así que os dejo esta madgalena que nos ofrece Google ;)

miércoles, 23 de abril de 2008

Así nació el método Kumon de matemáticas

Cuando su hijo Takeshi comenzó a sacar malas notas en matemáticas, Toru Kumon decidió, empujado por su mujer, enseñarle matemáticas en casa. Toru Kumon era profesor de matemáticas de Secundaria y su hijo estaba aún en Primaria, así que se preguntó:

"¿Qué tan difícil podía ser enseñar a un niño de segundo grado?

Lo primero que hice fue examinar el texto de aritmética de segundo grado utilizado en todas las escuelas del país. Me sorprendió ver que en algunos aspectos, no lo comprendí inmediatamente. Tal vez, fuera porque el libro era diferente de los libros que yo había utilizado cuando era joven, pero tan solo con abrirlo y leerlo por encima quede perplejo. Volví hacia atrás y lo leí desde el comienzo. Entonces lo comprendí. Sin embargo, cuando leí el texto desde el punto de vista de un profesor de matemáticas de escuela secundaria, había una gran cantidad de cosas que eran innecesarias para avanzar a los cursos superiores de matemáticas. ¿Quién había preparado un texto tan desorganizado?

Verán, si la aritmética de la escuela primaria debe conducir a las matemáticas de la escuela secundaria, tiene que seguir un orden lógico. Pensé que se debía suprimir las partes no necesarias y que se debía cambiar el orden de la presentación del material restante. Decidí que seguir el texto escolar no era lo más adecuado. Así que compré uno de los cuadernos de ejercicios de matemáticas disponibles en los comercios e hice que Takeshi comenzara a practicar en ellos.

Al poco tiempo descubrí que estaba perdiendo tiempo en cosas que no eran particularmente importantes. Naturalmente esto le aburría e iba perdiendo el interés por el estudio rápidamente. Decidí que aún estos libros de ejercicios eran una pérdida de tiempo y que no le desarrollaban el interés por las matemáticas que yo había descubierto de pequeño. Finalmente sin otra alternativa, decidí crear mi propio material para ayudar a mi hijo."

Y así, hasta crear una red de franquicias por todo el mundo y desarrollar, además, un programa de lengua.


jueves, 28 de febrero de 2008

Los niveles de Kumon

La gente me pregunta constantemente por los niveles de Kumon. Hay 23 y, claro, lo lógico sería que estuvieran numerados del 1 al 23 ¿no? Pues no.

Pongo un resumen de los bloques y niveles y sus correspondientes objetivos:


BLOQUE I: NÚMEROS Y CONTAR

Nivel 7A: contar hasta diez y reconocer sus grafías y cantidades (de objetos y de puntos). Es el primer paso para encontrar la relación entre los números y las cantidades que representan

Nivel 6A: Contar hasta 30 y reconocer cantidades de puntos hasta 20

Nivel 5A: Refuerzo de los números hasta 30 y trazado de líneas para trabajar la motricidad fina (paso previo a la escritura de las cifras)

Nivel 4A: Secuencia de números hasta el 220 y escritura hasta el 120. En este nivel el alumno ya utiliza el lápiz y, además, debe realizar el cuaderno en el tiempo estipulado y corregirlo para presentar la correspondiente hoja de calificaciones.


BLOQUE II: ARITMÉTICA MENTAL


Nivel 3A: Sumas en vertical con sumandos desde +1 hasta +5 (cálculo mental)

Nivel 2A: Sumas y restas en horizontal hasta +10 y -10

Nivel A:
Sumas en horizontal con sumandos de hasta tres cifras y restas en horizontal con sustraendos de dos cifras

BLOQUE III: ARITMÉTICA POR COLUMNAS


Nivel B:
Sumas y restas en vertical de hasta tres cifras. Aquí aparecen los problemas escritos y se recomienda aprender las tablas de multiplicar

Nivel C:
Tablas de multiplicar. Multiplicaciones y divisiones de una cifra


BLOQUE IV: FINALIZACIÓN DE LA ARITMÉTICA


Niveles D, E y F. Aparecen las fracciones y los decimales


BLOQUE V: ÁLGEBRA BÁSICA


Niveles G, H e I. Números positivos y negativos; expresiones algebraicas; ecuaciones lineales y de segundo grado; factorización, raíces cuadradas y Teorema de Pitágoras


BLOQUE VI: ÁLGEBRA AVANZADA

Niveles J, K y L. División algebraica; Teorema del Factor; identidades e inecuaciones; funciones cuadráticas, funciones de grado superior, fraccionarias, exponenciales, logarítmicas y de valor absoluto; cálculo diferencial e integral.


BLOQUE VII:


Niveles M a Q.
Trigonometría, geometría, vectores, progresiones, cálculo avanzado, ecuaciones diferenciales, probabilidad, estadística y matrices.



Para que os hagáis una idea: mi hijo empezó el nivel 7A a los dos años de edad; ahora que acaba de cumplir tres (cursando P2), está empezando el nivel 4A y sé de niños de 10 años (5º de Primaria) que están en el nivel J.

Sacad vuestras propias conclusiones...

viernes, 11 de enero de 2008

Doman vs. Kumon


Glenn Doman es un fisioterapeuta estadounidense que trabajaba con niños con lesión cerebral. Los estimuló de tal manera que llegaron a superar en aptitudes y cociente intelectual a los niños sanos. Así que se preguntó: ¿qué les pasa a los niños sanos? Y adaptó el método para poderlo aplicar a los niños sin lesión cerebral.

El método Doman se subdivide en:
-programa de lectura
-programa de inteligencia (o conocimientos enciclopédicos)
-programa de matemáticas
-programa de escritura
-programa de excelencia física
-programa de segundo idioma como lengua extranjera (para las lenguas extranjeras que se enseñan como lengua materna se usa el método de lectura)

Los programas de lectura, inteligencia, matemáticas, lengua extranjera y parte del musical consisten en la presentación de BITS. Los bits son unidades de información que pueden presentarse en cartulina o en presentaciones PowerPoint o similares y que deben reunir los siguientes requisitos:
-ser precisa. Es decir, tiene que ser lo más exacta posible.
-ser discreta. Debe contener un solo elemento. Esto es, que si el bit representa el concepto “mariposa” debe contener exactamente esa imagen, a ser posible sin florecillas, nubes, otros insectos, etc, etc.
-no ambigua. Por ejemplo, si presentamos un wallaby, que es un canguro menor, deberá presentarse como “wallaby” y no como “canguro”
-nueva. Debe tratarse de algo que el niño no conozca todavía. Si el niño ya sabe distinguir un perro de un gato, lo que podemos presentarle son bits de razas de perros o de razas de gatos, pero no los bits “perro” y “gato” que, obviamente, no van a merecer su interés.

En los bits de lectura, lo importante -¡esencial!- es utilizar un tamaño de letra adecuado a la madurez visual del niño así como el tipo de letra y color adecuados.
Todo el material se puede preparar en casa y el propio Doman explica en sus libros cómo confeccionarlo.

El OBJETIVO no es que realmente aprendan todo esto que les enseñas con los distintos programas; cuando se da este resultado (y suele darse) se da como CONSECUENCIA, pero nunca debe ser la FINALIDAD de la aplicación del método, sino que la finalidad es estimular el cerebro para ayudarle a crear conexiones neuronales, cuantas más mejor.
Todos los programas se basan en inputs, en información que le presentas al niño quien, a veces, te da un output, esto es, una demostración de que ha conseguido retener la información presentada y conectarla con alguna información recibida anteriormente. Por ejemplo, cuando en las noticias el locutor mencionó Inglaterra y mi hijo (2 años y medio), super contento, me dijo que Inglaterra es donde está Stonehenge, que hablan inglés y que empieza con la letra de Izan. Y porque no tenía el mapamundi a mano… Luego quiso saber qué estaba diciendo el señor de la tele acerca de Inglaterra. ¿No es delicioso?

El “truco” del método Doman es que se hace en sesiones muy muy breves, de modo que el niño no sólo no se cansa sino que se queda con ganas de más, lo cual es positivo para el aprendizaje. Siempre hay que parar antes de que el niño lo pida, antes de que se llegue a aburrir.
Hay una “regla de oro” que siempre debe observarse a la hora de aplicar el método. Glenn Doman dice textualmente: “Si tú o tu hijo no os divertís, déjalo”. Esto debe ser algo divertido, que guste al padre y al hijo, nunca una obligación ni mucho menos una vía de crear niños-genio. Si es divertido, el niño pedirá más y más. Si es divertido, el vínculo que se establece es absolutamente indescriptible. Y, además, no sólo aprende el niño sino también el padre/madre/abuelo que aplica el método.




Toru Kumon es un profesor de matemáticas japonés cuyo hijo fracasaba justamente en esta asignatura. Esto hizo que el Sr. Toru Kumon se replanteara la manera de enseñar la materia y diseñó su propio material para enseñar a su hijo, desde lo más básico hasta lo más avanzado, aumentando el nivel de dificultad de forma gradual, paulatina, de modo que el alumno casi ni se daba cuenta de que iba avanzando. Fomenta el autodidactismo y, por ende, la concentración y el hábito de trabajo.
El éxito fue tal, que amigos y conocidos le pidieron copias del material y la expansión del método llegó hasta todo el mundo en forma de franquicias.

El material se presenta en forma de cuadernillos de 10 páginas cada uno y medida de cuartilla que se dividen en 23 niveles. Los niveles no se corresponden a los currículums oficiales de matemáticas, por lo que no sirve como repaso ni para preparar el exámen de recuperación de septiembre. Kumon busca resultados a medio y largo plazo. La mayoría de los alumnos de Kumon van adelantados respecto al nivel de su clase de matemáticas; sin embargo, si dejan el programa suelen quedarse al mismo nivel que el resto de la clase.
Al igual que con Doman, el truco de Kumon es hacer sesiones muy cortas. Los alumnos del primer nivel (que suelen tener entre dos y cuatro años de edad) trabajan entre cinco y diez minutos al día. La duración va aumentando hasta llegar a un máximo de 20 o 30 minutos para los niveles superiores. La diferencia: Kumon ha de trabajarse TODOS LOS DÍAS DEL AÑO, incluidos domingos, festivos y vacaciones y con las únicas excepciones de enfermedad u otras causas de fuerza mayor.
Y, por último, la diferencia fundamental es que Kumon es un curso: has de matricularte y pagas mensualidades, independientemente de que algún día no lo hagas, de que unos meses uses más material o menos. En contrapartida, tienes asignado un tutor, que siempre es alguien con titulación universitaria para poder ejercer la actividad (suelen ser maestros, psicólogos, pedagogos, etc). En la modalidad habitual, el niño asiste al Centro Kumon una o dos veces pro semana (depende de cada centro) y se lleva a casa cuadernos suficientes para el resto de la semana. En la modalidad a distancia, el niño nunca acude al centro sino que recibe todo el material en su casa y hace la actividad con los padres, remitiendo después una hoja de resultados al profesor quien indica si es necesario hacer repeticiones de algún cuaderno o si se puede seguir avanzando.

Está empíricamente comprobado que los alumnos de kumon adquieren ese hábito de estudio y capacidades autodidactas de las que hablábamos y no sólo no tienen fracaso escolar sino que suelen tener un rendimiento superior a la media. Además, ganan en rapidez por lo que concluyen sus tareas de otras materias escolares en menos tiempo, lo cual les deja más tiempo libre.

Visto el éxito del método Kumon de matemáticas, se desarrolló también el método Kumon de lenguaje que ya existe en varios idiomas.



En definitiva, Doman se presenta como un juego mientras que Kumon es como una clase.
La forma más gráfica que encuentro para expresar la diferencia es decir que Doman es muy americano y Kumon es muy japonés…


martes, 4 de diciembre de 2007

Haciendo Kumon



Si esto no es felicidad...

lunes, 3 de diciembre de 2007

Kumon


Cuando hablo de Kumon la gente me pregunta: “¿Y no se cansa? ¿Y no se aburre?”. Parece un coñazo, lo sé. Uno no comprende muy bien en qué consiste, cómo funciona, hasta que lo prueba. Yo decidí lanzarme a la piscina, entre otras cosas, para evitarle un sufrimiento como el que yo padecí a causa de las clases de matemáticas.

Estamos hablando de un trabajo de 10 minutos diarios, máximo 25 en niveles superiores. Y, con ello, consigue:

-conocimientos matemáticos asentados sobre una sólida base (¡niños de 10 años realizando operaciones que yo ni siquiera sabía que existían!)
-confianza en si mismo
-autodidactismo
-capacidad de concentración y, por tanto, optimización del tiempo
-hábito de estudio

Y todo ello, sin competir con otros 25 niños de su edad, sin el agobio de los exámenes, sin que una respuesta equivocada sea un suspenso, algo negativo, sino una oportunidad de aprendizaje y autosuperación.

En mi opinión, vale lo que cuesta.


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