Aquí os dejo la parábola del karate-do:
Un karateka preguntaba a su Sensei: ¿Cuál es la diferencia entre un hombre del Do y un hombre insignificante?
El Sensei respondió: "Cuando el hombre insignificante recibe el primer Dan, corre rápidamente a su casa gritando a todos el hecho. Después de recibir su segundo Dan, escala el techo de su casa, y lo grita a todos. Al obtener el tercer Dan, recorrerá la ciudad contándoselo a cuantas personas encuentre."
El Sensei continuó: "Un hombre del Do que recibe su primer Dan, inclinará su cabeza en señal de gratitud; después de recibir su segundo Dan, inclinará su cabeza y sus hombros; y al llegar al tercer Dan, se inclinará hasta la cintura, y en la calle, caminará junto a la pared, para pasar desapercibido. Cuanto más grande sea la experiencia, habilidad y potencia, mayor será también su prudencia y humildad".
1 comentario:
Preciosa parábola. Me ha encntado leerla especialmete porque JAvi, mi marido, es Sensei de Kárate y es de los que camina junto a la pared. Es una de las cosas que hicieron que me enamorara de el. És una buenísima persona y el Karate es para el un modo de entender la vida. Hace una semana Ariam empezó las clases junto a su padre, si le gusta continuará aprendiendendo junto a un maestro de lo más especial; su padre.
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