A veces tengo ganas de cerrar este blog, como tantas otras que se han quedado por el camino, que lo han cerrado o que, sencillamente, han dejado de actualizarlo o han dejado de poner cosas personales.
A veces me canso, o me aburro, que no es lo mismo pero se parece. Me pregunto para qué lo hago, qué me aporta o, mejor, qué os aporta a vosotros.
Luego veo que sigo teniendo un centenar de visitas diarias. Recuerdo la tranquilidad que me daba a mi leer los blog de otras madres antes de desescolarizar. ¡¡Y justo después!! No todo el mundo se atreve a entrar en un foro y exponer su caso, pero leer un blog sin que nadie tenga por qué saberlo, eso ya es otra cosa.
A veces tengo ganas de volver a la casilla de salida, de hacer un reset. A lo mejor, al final, me tomo unas vacaciones.
A veces me canso, o me aburro, que no es lo mismo pero se parece. Me pregunto para qué lo hago, qué me aporta o, mejor, qué os aporta a vosotros.
Luego veo que sigo teniendo un centenar de visitas diarias. Recuerdo la tranquilidad que me daba a mi leer los blog de otras madres antes de desescolarizar. ¡¡Y justo después!! No todo el mundo se atreve a entrar en un foro y exponer su caso, pero leer un blog sin que nadie tenga por qué saberlo, eso ya es otra cosa.
A veces tengo ganas de volver a la casilla de salida, de hacer un reset. A lo mejor, al final, me tomo unas vacaciones.