Tenía que entrevistar a una voluntaria del geriátrico municipal y, cómo no, llevé a Damián conmigo. No sabía cómo iba a reaccionar porque no está acostumbrado al contacto con los mayores pero, por el camino, me dijo: "Tengo muchas ganas de ir al geriátrico, porque Caillou siempre va a visitar a las amigas de su abuela". Nosotros no teníamos a nadie a quien visitar, pero nos encontramos con alguien a quien conocíamos: el padrino de la abuela, que pronto cumplirá 101 años (qué rápido se dice eso).
Hablando en menorquín, decía "geriátrico" en castellano, imitando a Caillou. Ah, una vez más, bendita sea la tele ;-)
Así que allá nos fuimos. Era viernes por la tarde y había, como cada semana, música en directo. Va un hombre con su guitarra y les canta canciones típicas de aquí, habaneras, etc.
Decía Rothbard que los niños –escolarizados- y los ancianos viven alejados del mundo real y, mientras ellos no se mezclen, la sociedad no tendrá futuro ni pasado, sino sólo “presente continuo”. Lamentablemente, tenía razón.
Nuestra visita al geriátrico fue un éxito así que, probablemente, no sea la última.
1 comentario:
qué bonito Lau!
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