miércoles, 30 de junio de 2010

Un comentario positivo y alentador



Publiqué aquel artículo en la Revista Namasté y la gente dejó algunos comentarios, no todos agradables. Quiero compartir con vosotros éste que dejó el autor del blog Cercreativo (la negrita es mía):



La educación en casa, aparte de las escuelas, las normas  los programas y la “normalidad” implica un enorme valor civil para obrar con independencia y desde las convicciones. No cualquiera aborda una labor así. Aparte de las labores normales del hogar y, a lo mejor, del trabajo remunerado, tienes que afrontar la responsabilidad de educar a tus hijos o familiares en la forma que consideras más correcta. Imagino que al principio debe dar pánico, pero, si abordas la tarea con honestidad y entusiasmo, poco a poco los problemas van desapareciendo y la belleza y la satisfacción los irán reemplazando. Ha sido dicho, y con toda razón, que “si quieres aprender algo, trata de enseñárselo a alguien más”, por ello, la escuela en casa es para los niños y para los padres. Todos aprenden y todos enseñan. Qué es lo que aprenden y enseñan es cosa que define la convivencia, el Amor presente en el proceso y la inteligencia con la que se realice. No ciertamente materias académicas normalizadas y orientadas por presuntos sabios del ministerio educativo. Más bien se aprenderá a aprender, a pensar y a ser. Se aprenderá que el aprendizaje es permanente, constante e irreductible. Se descubrirán cosas, se inventarán algunas otras y a lo mejor se solucionarán problemas. Eso será lo más importante y lo que , (o no se aprende o cuesta un ojo aprender en la escuela), le dará mayor impulso al proceso de auto-aprendizaje tan bien definido por Antony de Mello: "Enseñar solo es posible si es posible aprender. Pero aprender solo es posible si yo deseo enseñarme algo”. Ese desear el conocimiento, ese apetito por saber, esa curiosidad infinita, ausente en las escuelas que intoxican al alumno con informaciones excesivas y carentes de sentido con la vida, es lo más valioso que niño alguno pueda tener. Quien tiene ese gusto por el aprender, quien se siente a gusto investigando, quien ama los libros y el conocimiento es una persona inteligente que ha aprendido a aprender, a pensar y a ser. No muchas personas egresadas del aparato escolar pueden reivindicar estos valores. Más bien lo contrario es cierto: detestan el estudio, no leen ni el directorio telefónico y solo anhelan ver Tv y jugar maquinitas. Respeto mucho a quienes se atreven a disentir del uso común de las escuelas y otros sitios de adoctrinamiento. La educación en casa puede llegar a ser una valiosa herramienta para la transformación social. Educar con amor y entusiasmo sin esperar recompensas monetarias por ello tiene una importancia enorme. Todo mi afecto para l@s valientes que se atreven.



2 comentarios:

Estherqp dijo...

Sí señor!!!!

Lau dijo...

Me gustó. Se agradece no recibir palos de vez en cuando...

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